El estrés es uno de los principales factores de riesgo para inducir enfermedades de tipo cardiovascular y del corazón; y, no sólo se ha demostrado ser un factor inductor de dolencias cardíacas, sino que el estrés también provoca un peor pronóstico en la cardiopatía ya desarrollada.

El estrés emocional puede tener distintos orígenes, situaciones propias de cada individuo (trabajo, problemas familiares, etc.) o debido a situaciones ambientales ajenas a nosotros. Evidentemente, la situación actual que estamos viviendo, con una pandemia mundial por Covid-19 y una gran incertidumbre sobre el futuro, tanto próximo como a medio plazo, no es quizá el ambiente más adecuado para reducir el estrés. Sin embargo, y a pesar de ello, debemos ser capaces de gestionar el estrés por nuestro propio bien.

Cómo afecta el estrés al corazón

Un estudio muy clarificador de cómo el estrés afecta al corazón se demostró tras la crisis de las torres gemelas en Nueva York. En esos momentos de estrés y tras la catástrofe, el número de disparos de desfibriladores automáticos implantados en pacientes cardíacos se incrementó notablemente. Por tanto, el estrés afecta a la función del corazón.

El estrés aumenta los niveles de cortisol e incrementa la frecuencia cardíaca, provocando también un aumento de la tensión arterial y la frecuencia respiratoria (ventilación pulmonar). El estrés puntual es un mecanismo fisiológico para poner nuestro cuerpo en alerta ante una situación de peligro, sin embargo, esta situación sostenida en el tiempo provoca daños en el músculo cardíaco y los vasos sanguíneos que están sometidos a un sobreesfuerzo.

Cómo reducir el estrés.

Tenemos varias opciones para intentar aliviar el estrés. Estas son:

  • Realizar ejercicio físico moderado o intenso, si es al aire libre mejor.
  • Aprovechar momentos al aire libre y tomar el sol. La síntesis de vitamina D también es importante para mantener un óptimo estado anímico.
  • Llevar una dieta saludable. La ingesta de comida basura suele aumentar en situaciones de estrés por la inmediatez y la sensación de placer inmediata. Sin embargo, este tipo de comida (y que nunca llamaremos alimentos) puede provocar mayor estrés a medio y largo plazo, ya que alteran la microflora bacteriana. En algunos estudios se ha demostrado una interacción entre flora bacteriana y respuesta al estrés.
  • Descansar de forma adecuada (horas de sueño y calidad del descanso).
  • Rebajar nuestro nivel de autoexigencia.
  • Socializar con personas que nos transmitan tranquilidad.
  • Evitar enfrentamientos y discusiones inútiles.
  • Resiliencia. La situación actual con el uso constante de mascarillas, el miedo al contagio y, ya no solo por la enfermedad, sino por los períodos de cuarentena que hay que cumplir…Conseguir sobrellevar la situación sin desesperanza.

Lo sabemos, en ocasiones no es fácil seguir estas indicaciones. Para ayudarnos a ello en la farmacia podemos adquirir medicamentos y complejos vitamínicos y nutricionales que nos ayuden a rebajar el nivel de estrés. Estos productos sirven tanto para complementar nuestra dieta con micronutrientes y vitaminas, como para favorecer el descanso y la conciliación del sueño. Consulta a tu farmacéutico o farmacéutica por las distintas opciones, puedes utilizar cápsulas, pastillas, jarabes o tisanas e infusiones que te ayuden a bajar tu nivel de estrés.

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