Durante el verano no sólo habéis de proteger nuestra piel frente al sol, sino también nuestra cabeza, especialmente si sufrís con frecuencia cefaleas o migrañas. Si es así, es recomendable que utilicéis gafas de sol, que os hidratéis bien y que cuando salgáis a la calle lo hagáis con la cabeza cubierta.
Y es que es durante el verano cuando es más frecuente que aumenten los dolores de cabeza. Las razones las podemos encontrar en una mayor exposición a las altas temperaturas, más intensidad de luz, peor hidratación, ingesta de bebidas alcohólicas o el tomar alimentos más fríos de lo habitual.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), las altas temperaturas provocan la dilatación de las arterias y el aumento de la presión atmosférica, lo que incrementa el riesgo de cefaleas. Esto es debido a que ese aumento de la presión en el cerebelo provoca dolores de cabeza. La cefalea puede venir acompañada de náuseas, calambres, hipotensión, visión borrosa o cansancio.