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Medicamentos al volante. Evita accidentes

Siempre que tomemos cualquier medicamento es importante leer el prospecto o los posibles efectos secundarios y sus contraindicaciones (mezcla con otros medicamentos, reacciones, o incompatibilidad con ciertos alimentos). Muchas veces estas preguntas se las hacemos directamente a nuestro farmacéutico o farmacéutica, y estamos encantados de poder ayudaros.

Debido a la importancia del hecho de que un medicamento merme nuestra capacidad para conducir de forma segura, la legislación obliga a que estos medicamentos cuenten con un pictograma claro y bien visible en la caja. Se trata de un triángulo rojo de aviso con un coche pintado en el interior. Es importante que tengamos en cuenta que los medicamentos que afectan a la conducción puede ser un simple jarabe antitusivo, por tanto, es importante revisar este dato en la caja y el prospecto.

Otro aspecto que también hay que considerar es que ciertos medicamentos pueden dar positivo (falso positivo) en un control antidrogas. Por ejemplo, la difenhidramina del Bisolvon antitusivo.  Otros fármacos que requieren de receta médica directamente nos incapacitan para conducir.

En general estos medicamentos peligrosos para la conducción lo son porque actúan a nivel del sistema nervioso central; y pueden ser tanto medicamentos que requieran de prescripción médica como un medicamento de venta libre en la farmacia.

Algunos medicamentos que afectan la capacidad de conducción son:

  • Ansiolíticos e hipnóticos, la somnolenica y la sedación de las benzodiazepinas son habituales a los inicios de los tratamientos.
  • Antidepresivos.
  • Analgésicos opiáceos, afectan más a los que los toman de forma puntual que a los pacientes crónicos.
  • Anestésicos.
  • Antihistamínicos tipo H1, para tratar reacciones alérgicas.
  • Antiparkinsonianos, antiepilépticos y antipsicóticos, ya de por si las personas con estos problemas y dependiendo del grado de severidad de la enfermedad deben conducir solo en situaciones muy controladas.
  • Hipoglicemiantes, medicamentos para el control de la glucosa en sangre.
  • Betabloqueantes, para problemas de corazón e hipertensión.

Los efectos más frecuentes de estos medicamentos y la causa por la que debemos tener cuidado cuando vamos a conducir son:

  • Somnolencia.
  • Dificulta para mantenernos alerta o concentrados.
  • Dificultades de visión, con visión doble o borrosa.
  • Aparición de mareos o de vértigo.
  • Disminución de la capacidad de reacción y de nuestros reflejos.
  • Problemas de coordinación, equilibrio y sensación de inestabilidad.
  • Posibilidad de desvanecimientos.

En todos los casos los efectos se potencian con la ingesta de alcohol, aún a bajas dosis. En un gran número de accidentes se detecta el consumo combinado de algunos de estos fármacos y alcohol.

Teniendo estos posibles efectos en cuenta lo más prudente es no conducir cuando tomamos estos medicamentos o no tomarlos si tenemos que conducir forzosamente. Si se trata de un medicamento que tomamos de forma recurrente o con cierta asiduidad también seremos un poco más conscientes de los efectos que tienen sobre nosotros y valorar en consecuencia el no coger el vehículo.

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