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¿Puedo beber alcohol si estoy tomando medicamentos?

Si estamos tomando cualquier tipo de medicamento no deberíamos tomar nada de alcohol.

Una vez dicho esto, bien es cierto que en algunos casos las consecuencias de combinar medicamentos y alcohol pueden ser más graves que en otros. Esto va a depender principalmente del tipo de enfermedad o dolencia que estemos tratando, la situación física del paciente y sus características concretas, y, muy importante, el tipo de medicamento y su grado de interacción con el alcohol.

Existen distintas interacciones entre alcohol y medicamentos

  • El medicamento podría dejar de ser efectivo en la dosis prescrita

Cualquier medicamento que ingerimos oralmente será absorbido por nuestro aparato digestivo y pasará a la sangre. Esta lo distribuirá por el organismo y hará su función en las células diana. El hígado es el órgano encargado de metabolizar los medicamentos utilizando en la mayoría de los casos  las mismas enzimas que metabolizan el alcohol.

Las personas que consumen alcohol habitualmente pueden tener niveles más altos de las enzimas que metabolizan los medicamentos (enzimas hepáticas) y por tanto los metabolizarán más rápido. En otros casos, el consumo de alcohol y medicamentos  puede hacer que las enzimas tengan que metabolizar al mismo tiempo ambos compuestos, haciendo menos efectiva su función.

  • El consumo simultáneo puede provocar toxicidad en el hígado

El consumo simultáneo de alcohol y ciertos medicamentos, entre ellos el tan común paracetamol, pueden provocar problemas hepáticos graves. Por otra parte, el consumo continuado de alcohol junto a antiinflamatorios como el ibuprofeno puede ser causa de gastritis.

  • El alcohol provoca un incremento de los efectos no terapéuticos del medicamento

Medicamentos especialmente peligrosos si se consumen con alcohol son aquellos que actúan sobre el sistema nervioso. La combinación de alcohol con benzodiacepinas puede incrementar la somnolencia y una sensación elevada de relajación que pude alterar de forma importante los sentidos y nuestra capacidad de percepción.

  • La interacción de alcohol y ciertos medicamentos puede causar mareos, náuseas, hinchazón y otros efectos secundarios.

Dentro de esto grupo tendríamos los antihistamínicos, tan habituales en las épocas de alergia primaveral, y los medicamentos antidepresivos. En este último grupo los antidepresivos denominados IMAO (inhibidores de la monoaminooxidasa) son especialmente peligrosos para la salud en combinación con alcohol.

  • Alcohol y tratamiento de enfermedades crónicas.

Es relativamente frecuente que las personas de cierta edad tengan prescritos tratamientos para enfermedades o patologías crónicas (hipercolesterolemia (colesterol alto), enfermedades cardiovasculares (problemas de coagulación, hipertensión, etc.), enfermedades respiratorias, etc.). Igualmente los tratamientos de ciertas enfermedades (normalmente del sistema nervioso, neuromuscular o cardiovascular) con anticonvulsionantes o anticoagulantes requieren mantener las dosis pautadas para mantener los niveles de medicamento en sangre.  En estos casos no está en absoluto recomendado detener el tratamiento, por lo que el consumo de alcohol debe ser nulo.

Si bien culturalmente estamos acostumbrados a que tomar una o dos copitas de vino o un par de cervecitas en ciertas ocasiones no es perjudicial, debemos ser conscientes de que tomar alcohol no es saludable y mucho menos si nos estamos medicando. Por tanto, desde nuestra farmacia os aconsejamos que si estáis tomando algún tipo de medicamento prescindáis por completo del alcohol mientras dure el tratamiento prescrito por vuestro médico y disfrutéis plenamente de vuestra reunión familiar o de amigos cuidando de vuestra salud.

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