La artrosis es una enfermedad reumática que afecta principalmente a la columna vertebral (zona cervical o lumbar), la cadera, rodillas o manos. Es una enfermedad degenerativa crónica que afecta a las articulaciones, provoca el deterioro y destrucción del cartílago hialino y articular y el hueso, siendo sus principales manifestaciones clínicas el dolor y la inflamación; que son la causa por las que los pacientes acuden inicialmente al médico.

La artrosis está claramente asociada a la edad siendo rara en personas de menos de cuarenta y cinco años. La artrosis es una de las principales enfermedades discapacitantes en personas mayores. La incidencia de esta enfermedad va en aumento en España debido principalmente al incremento de la esperanza de vida. En un estudio reciente se ha identificado una prevalencia de algún tipo de artrosis en aproximadamente el 30% de la población española. Tiene una mayor incidencia en mujeres, asociándose también al sobrepeso y a la obesidad, aunque también factores ocupacionales (tipo de trabajo), genética y aspectos biomecánicos influyen en su aparición. Se presenta también más frecuentemente en personas que han realizado una actividad física de alto impacto o debido a traumatismos previos.

La sintomatología más frecuente de la artrosis es la siguiente:

  • El desgaste de la articulación hace que desaparezca su función amortiguadora entre los huesos y se produce dolor, este puede ser tanto al realizar un movimiento como en reposo en casos más evolucionados de la enfermedad.
  • Inflamación de la zona afectada. Esta inflamación suele ser fácilmente apreciable en rodillas y manos y produce la acumulación de líquido (edema) en la zona, provocando también hinchazón. Es una práctica frecuente la retirada de ese líquido por el médico para aliviar la presión y el dolor de la zona.
  • Chasquidos o crepitaciones al realizar el movimiento de la articulación.
  • Deformación ósea que se produce como consecuencia del desgaste del cartílago que produce el engrosamiento de la zona de contacto de los huesos.

El diagnóstico de la artrosis

Los síntomas clínicos suelen ser bastante claros, pero deben confirmarse mediante estudios radiológicos. El dolor, cierta inflamación o tumefacción, edema y en casos avanzados chasquidos articulares al mover la articulación junto a la edad y características del paciente serán claros indicios de artrosis. Para confirmar el diagnóstico el médico solicitará una radiografía pudiéndose realizar también otras pruebas complementarias como ecografías o resonancias magnéticas.

Tratamiento para la artrosis

El tratamiento farmacológico se centra en reducir el dolor y la incapacidad funcional del paciente. Es una enfermedad crónica, por lo que el paciente debe aprender a vivir con esta enfermedad.

La utilización de analgésicos y antiinflamatorios son generalizados para su tratamiento. También se pueden utilizar condroprotectores para disminuir la pérdida de cartílago, aunque su eficacia es relativa, además de otros tratamientos como la realización de infiltraciones con glucocorticoides o ácido hialurónico.

Los tratamientos crónicos prescritos por su médico de cabecera podrá adquirirlos fácilmente en la farmacia con la tarjeta sanitaria. Si tiene cualquier pregunta sobre cómo tomarlos, pregúntenos, la farmacia es un punto de asistencia sanitaria a su servicio.

Call Now Button